domingo, 18 de enero de 2015


"Intentaron enterrarnos sin saber que éramos semillas"


Es un momento de enterramiento, de despedidas, de aprender a decir un "Hasta pronto", de disiparse y fusionarse con el destino; de dejarse llevar sin ataduras, de subir el ancla, abrir las alas, de lanzarse al vacío sin mirar atrás. Llevándose recuerdos de por vida, otros que es mejor dejar aquí....Amigos que se han ido, otros que han llegado para llenar el alma de nuevos aires, de frescura.
El mundo gira, y cambia; nosotros cambiamos, todo evoluciona, sube y baja, se expande y se contrae.
Pero el amor permanece, intacto, como perennes en un instante eterno. El amor que damos queda, el que recibimos; el amor es eso que nos mantiene vivos, despiertos, es esa necesidad de amar y ser amados, de poder irte de un lugar pero no de un corazón, de un recuerdo...El amor atemporal no tiene límites, el amor libre, el amor real.

Y así, aunque abandone una ciudad, llevo dentro de mis entrañas tres años; y como si de una vida entera se tratase, de pronto, las personas que se quedan aquí forman parte de mí; de mis experiencias, de mis aprendizajes, de un infinito cósmico que nos mantiene conectados a través de una red inabarcable.

Me voy con la mochila vacía por con el alma llena.
Me voy como una semilla impaciente de traspasar lo conocido, por crecer alimentada por todo este universo que me han dado, a pesar de que algunos hayan intentado enterrarme.

2 comentarios:

  1. Nosotras mismas somos el mundo, porque somos unidad con él, somos la misma cosa, y por eso morimos, cambiamos, marchitamos, crecemos y renacemos como él. Y el amor como bien dices, permanece, aunque las personas que lo dan y a las que lo hayamos dado cambien e incluso lleguen a odiarnos, el amor dado permanece.
    De verdad que date por satisfecha en esta vida (y en esta ciudad) al menos a lo que amor se refiere, porque dejaste amor, el que pudiste y quisiste, en mí esta ahora. Y sé que allá donde vayas seguirás dándolo. Pero serénate, eres un alma impaciente y necesitas ahorrar atención plena para contemplar cuando la vida despliegue ante ti todo lo que te tiene preparado.
    Vuela, aunque te eche de menos, aunque te extrañe, te quiero libre, te quiero tu, más tu que nunca.

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  2. Querida patri, tus palabras me llenan de fuerza, de esperanza, de luz... Como bien dices, mi impaciencia me mata, aun sabiendo que las mejores cosas requieren tiempo... Pero intuyo, lo sé, que renaceremos para volver a juntarnos, a compartir ese amor que me habéis dado y que llévare siempre conmigo... Durante toda la eternidad...

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